sábado, 19 de mayo de 2012

La velocidad del tiempo

El tiempo se pasa volando cuando estamos juntos.
Los meses se hacen semanas, las semanas días, los días horas, las horas minutos,
y los minutos segundos.
Como me gustaría tener la capacidad de detener el tiempo, quedarnos estancados
en un determinado momento, solo tu y yo, para siempre en nuestro pequeño mundo
irreal. Un mundo en el que nada importa, si estamos juntos. Ni las peleas, los
marrones, el día a día, las habladurías de la gente, pudieran derrumbar todo lo
que hemos construido.

Todos los problemas de este mundo, no podrían traspasar nuestra pequeña burbuja.
Ni aunque lo intentarán mil tanques, podrían traspasar sus paredes invisibles.

O en otro caso, tener un botón de replay para poder vivirlo otra vez.
Poder sacarlo de los recuerdos, tenerlo otra vez en la realidad.
Y poder sentirme orgullosa de reírme de verdad, no solo por el recuerdo
de haberlo vivido.

En la realidad, no tengo nada de eso. No puedo quedarme estancada en un momento,
o reproducirlo cuantas veces quiera. Parece que tendré que conformarme con la velocidad del
tiempo.

Pero no me importa, porque tengo algo mucho mejor que eso.
Tengo un futuro junto a ti. Miles y miles de cosas por vivir juntos.
Porque tras un anochecer, se despierta otra mañana, y otro día
nuevo por vivir contigo.

Y solo con eso, puedo pasar por alto todo.
Con eso me basta y me sobra.
Porque, de lo único que se trata, es de pasar el resto de mi tiempo contigo.

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